Luego de ganar los dos partidos, el primero como local 1 a 0, y el segundo en condición de visitante con el mismo marcador, el equipo de Villa Gobernador Gálvez se preparaba para lo que sería la serie frente a Jorge Newery de Venado Tuerto, pero que una noticia lamentable les hizo terminar con el sueño. En los papeles de Consejo Federal figuraba que el jugador Nahuel Nicoletti tenía que cumplir una fecha de suspensión como consecuencia de llegar a la quinta tarjeta amarilla. Debido a un error en la planilla del cuerpo técnico del rojiverde, al no pasar en limpio una de las tarjetas en los partidos, el jugador fue incluido en el once inicial frente a Defensores de Salto, por lo que después se resolvió la expulsión del equipo, por lo tanto la serie se le dio como perdida y fue el combinado de Buenos Aires el que accedió a la siguiente etapa. Una vez conocida la noticia, la tristeza y la impotencia invadieron a hinchas, jugadores y dirigentes del club quienes estaban más que ilusionados con poder lograr este año el tan ansiado ascenso. Luego de la expulsión, los jugadores fueron despedidos espontáneamente por su gente en el Polideportivo de Gomara como muestra de agradecimiento hacia ellos por todo lo entregado en el campo de juego. «Lo ganamos en la cancha, lo perdimos en un escritorio», era la frase más resonante entre la parcialidad rojiverde. A pesar de la frustración deportiva, Coronel Aguirre tiene motivos para festejar, porque en abril ya arrancarán con las demoliciones para comenzar la obra del nuevo estadio, un proyecto que tienen desde hace muchos años y que por estos días comenzará su cuenta regresiva.
Rocío Anahí Galán
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