El profesor de Kick Boxing del gimnasio Juventus de Villa Gobernador Gálvez, Néstor Calderani, viajó un mes a Tailandia para perfeccionarse en su disciplina, y le contó a Desarrollo Zonal, la enriquecedora y maravillosa experiencia que se trajo desde el territorio del sudeste asiático. Dicho país es considerado la cuna del Muay Thai.
El viaje fue junto a una delegación de nueve integrantes, él de Villa Gobernador Gálvez, uno de Rosario y el resto de Buenos Aires, quienes fueron por la invitación y el incentivo de su profesor y campeón mundial, Cristian «La Serpiente» Bosch. Claro está, que los costos del pasaje y demás fueron solventados por ellos mismos en base a mucho sacrificio desde hacía seis meses.
La estadía allí fue en un «campo de entrenamiento», de nombre «Sinby Muay», donde se hospedaban los deportistas de todas partes del mundo que iban a perfeccionarse. Su día arrancaba alrededor de las 6.30 para correr 8 kilómetros en montaña y luego continuar la mañana con entrenamiento en el gimnasio con rutinas ya establecidas hasta las 9. Por la tarde arrancaban a las 15 y recibían un entrenamiento más personalizado en el que seguían puliendo cuestiones tanto técnicas como físicas. Las seis horas por día de una actividad muy exigente que les demandaban los profesores de allí, fueron más que positivas para los argentinos, dado que quienes eran sus docentes, eran todos campeones de Tailandia, lo que evidenciaba que estaban siendo capacitados por los mejores.
En cuanto a la experiencia, Calderani no encontraba palabras para definirla. «Es lo máximo a lo que alguien como nosotros, que amamos esta actividad puede aspirar, porque llegar allá es maravilloso, es estar entre los mejores», explicó. No solamente por el hecho de enriquecerse sobre lo referido a su actividad, sino también por el crecimiento que logró a nivel personal, por vivir un mes en una cultura distinta, convivir con personas desconocidas y compartir todos los días con ellos. Algo que rescató es la espiritualidad con la que se vive en Tailandia y lo hospitalarios que son ellos. Incluso los argentinos eran los «favoritos» de los tailandeses a la hora de hablar y pasar el rato. «Nosotros nos mostrábamos tan alegres que ellos se nos acercaban siempre y la pasaban bien con nosotros», comentó Calderani.
Los deportistas nacionales fueron elogiados por los tailandeses por la pasión, la dedicación y la «garra» que ponen en cada entrenamiento y sobre todo en las peleas. «Ellos mismos nos felicitaron por la dedicación que le ponemos nosotros y eso es algo increíble para destacar, que te feliciten los mejores», opinó. Además, fue más que meritorio que aparte de enfrentar de la mejor manera el duro entrenamiento, ganaron cuatro de las cinco peleas que tuvieron que enfrentar.
Como conclusión, el deportista sacó un balance muy positivo: le sirvió para venir a compartir lo aprendido con sus alumnos, vivió durante un mes en otro país del cual aprendió muchísimas cosas a nivel humano y cultural, y en lo profesional, es el lugar máximo a donde pueden aspirar llegar quienes aman el deporte.
«Vivir un mes en otro país, conocer costumbres y culturas distintas y encima estar ahí gracias a la actividad que más me gusta y de la cual vivo, es impagable, sinceramente no tengo palabras para expresar lo que significa para mi haber ido al viaje», resaltó.
Gracias a la difusión y la popularidad que ha ido adquiriendo el kick boxing en los últimos años, en este 2011 fue la delegación argentina más numerosa en asistir a esta capacitación. Es por eso que es más que meritorio y destacable la labor de Néstor Calderani en el gimnasio Juventus porque viajar hasta Tailandia para especializarse, y volver con muchas ganas de compartir los conocimientos adquiridos, es realmente para felicitar, además de que sirve como un incentivo para todos.
El viaje fue junto a una delegación de nueve integrantes, él de Villa Gobernador Gálvez, uno de Rosario y el resto de Buenos Aires, quienes fueron por la invitación y el incentivo de su profesor y campeón mundial, Cristian «La Serpiente» Bosch. Claro está, que los costos del pasaje y demás fueron solventados por ellos mismos en base a mucho sacrificio desde hacía seis meses.
La estadía allí fue en un «campo de entrenamiento», de nombre «Sinby Muay», donde se hospedaban los deportistas de todas partes del mundo que iban a perfeccionarse. Su día arrancaba alrededor de las 6.30 para correr 8 kilómetros en montaña y luego continuar la mañana con entrenamiento en el gimnasio con rutinas ya establecidas hasta las 9. Por la tarde arrancaban a las 15 y recibían un entrenamiento más personalizado en el que seguían puliendo cuestiones tanto técnicas como físicas. Las seis horas por día de una actividad muy exigente que les demandaban los profesores de allí, fueron más que positivas para los argentinos, dado que quienes eran sus docentes, eran todos campeones de Tailandia, lo que evidenciaba que estaban siendo capacitados por los mejores.
En cuanto a la experiencia, Calderani no encontraba palabras para definirla. «Es lo máximo a lo que alguien como nosotros, que amamos esta actividad puede aspirar, porque llegar allá es maravilloso, es estar entre los mejores», explicó. No solamente por el hecho de enriquecerse sobre lo referido a su actividad, sino también por el crecimiento que logró a nivel personal, por vivir un mes en una cultura distinta, convivir con personas desconocidas y compartir todos los días con ellos. Algo que rescató es la espiritualidad con la que se vive en Tailandia y lo hospitalarios que son ellos. Incluso los argentinos eran los «favoritos» de los tailandeses a la hora de hablar y pasar el rato. «Nosotros nos mostrábamos tan alegres que ellos se nos acercaban siempre y la pasaban bien con nosotros», comentó Calderani.
Los deportistas nacionales fueron elogiados por los tailandeses por la pasión, la dedicación y la «garra» que ponen en cada entrenamiento y sobre todo en las peleas. «Ellos mismos nos felicitaron por la dedicación que le ponemos nosotros y eso es algo increíble para destacar, que te feliciten los mejores», opinó. Además, fue más que meritorio que aparte de enfrentar de la mejor manera el duro entrenamiento, ganaron cuatro de las cinco peleas que tuvieron que enfrentar.
Como conclusión, el deportista sacó un balance muy positivo: le sirvió para venir a compartir lo aprendido con sus alumnos, vivió durante un mes en otro país del cual aprendió muchísimas cosas a nivel humano y cultural, y en lo profesional, es el lugar máximo a donde pueden aspirar llegar quienes aman el deporte.
«Vivir un mes en otro país, conocer costumbres y culturas distintas y encima estar ahí gracias a la actividad que más me gusta y de la cual vivo, es impagable, sinceramente no tengo palabras para expresar lo que significa para mi haber ido al viaje», resaltó.
Gracias a la difusión y la popularidad que ha ido adquiriendo el kick boxing en los últimos años, en este 2011 fue la delegación argentina más numerosa en asistir a esta capacitación. Es por eso que es más que meritorio y destacable la labor de Néstor Calderani en el gimnasio Juventus porque viajar hasta Tailandia para especializarse, y volver con muchas ganas de compartir los conocimientos adquiridos, es realmente para felicitar, además de que sirve como un incentivo para todos.
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